Actualmente el sector del autotransporte de carga en carreteras, es un medio que se ha visto gravemente afectado por la inseguridad que recae en el robo de mercancías, lo cual incide directamente en las empresas que tienen como foco de negocios importar y exportar mercancías.

Dichos robos, se han visto en aumento con el pasar de los años, lo cual arroja cifras de 5,435 delitos en 2015, hasta 10,230 robos en 2017, lo que representa un crecimiento del 88 por ciento en dos (2) años.

El robo de camiones y tractocamiones asegurados en el país se duplicó el año pasado, lo que impactó en el precio de las primas de los seguros que cubren estas unidades. Así lo informó la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS). “Enfrentamos un incremento en las pólizas del 130%. Los costos nos están volviendo improductivos en toda la cadena logística”, refiere Enrique González, presidente de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga.

Hoy en día, los robos están fortaleciendo el mercado informal, al tiempo que en las actividades formales como lo es la industria, se están alterando las líneas de producción con los efectos que esto tiene sobre la economía.

En línea con lo anterior, Iker de Luisa, Director General de la Asociación Mexicana de Ferrocarriles (AMF), precisó que dentro de los ocho (8) puntos que el organismo identifica para reducir los robos, el primero tiene que ver con atender el ciclo de venta de lo robado. “(Se requiere) desincentivar la compra de estos productos con inteligencia”.

“Estamos compitiendo contra nuestros productos en el mercado informal”, aseveró Edgar Chahín Trueba, integrante de la Mesa Directiva de la ANTP.

Con base a las cifras de SensiGuard Supply Chain Intelligence Center, al primer trimestre del año se obtiene que del total de mercancías robadas al autotransporte 28% corresponden a alimentos y bebidas y un mismo porcentaje a combustible; productos que están llegando a los consumidores finales.

Chahín fue enfático al mencionar que debe cambiarse el enfoque de agradecer siempre a la autoridad por la seguridad brindada, cuando ello debe ser una condición que debe proporcionar el Estado.

Puntualizó que debe trabajar en la inversión en seguridad, “en México invertimos en promedio 1.6% del PIB en seguridad, no es suficiente”. Describió el caso de Orizaba (Puebla) en donde se ha invertido hasta 14% en esta materia y los resultados son evidentes. Según SensiGuard la ciudad está en el octavo sitio, mientras que en años recientes ocupaba la segunda o tercera posición.